
Érase una vez una época cuando los futbolistas eran ONVRES, con aspecto de gente normal, sueldo de clase media-alta y bigotón. Cuando gente como Panenka o el susodicho Szarmach imponían su ley en los campos haciendo temer el "peligro rojo" y solo ONVRES igualmente pertrechados de bigotón y testosterona como Breitner, Toni Schumacher o Migueli fueron capaces de defender el honor de la Europa capitalista.
Su parecido con Astérix le sirvió además para encajar en el Auxerre, donde aún es el máximo goleador histórico. No obstante se le recuerda más por sus 5 goles en el Mundial de Argentina 1978.
Enviado por: Antonio Manuel Jiménez
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