No es un asunto exclusivamente mundano el del bigotón. Portar bigote te recuerda la transitoriedad de las cosas, pues aquel que observe su propio bigotón descubrirá que su bigote jamás es el mismo. Los gurús indios lo sabían y de ahí que se dejaran esos mostachos infinitos, aunque lamentablemente acompañados de barbones.
El místico armenio-griego George Gurdjieff, supo separar el grano de la paja de la doctrina del vello facial, recortándose y cuidando con esmero su puerta a dimensiones trans-racionales.
Cuando practico yoga, el maestro siempre nos anima a que meditemos en el tercer ojo situado en el entrecejo (también meditamos en el otro tercer ojo). Reconózcome díscolo en ocasiones, y siguiendo a Gurdjieff, prefiero meditar en mi bigotón.
El místico armenio-griego George Gurdjieff, supo separar el grano de la paja de la doctrina del vello facial, recortándose y cuidando con esmero su puerta a dimensiones trans-racionales.
Cuando practico yoga, el maestro siempre nos anima a que meditemos en el tercer ojo situado en el entrecejo (también meditamos en el otro tercer ojo). Reconózcome díscolo en ocasiones, y siguiendo a Gurdjieff, prefiero meditar en mi bigotón.
Fdo: Portrait
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