Bigotones en el mundo del deporte ha habido muchos. En especial en los 70/80. Así, de pronto, nos pueden venir a la cabeza personajes como Uli Stielike, Arvydas Sabonis o Bernd Schuster.
Pero, si hemos de quedarnos con uno, hagámoslo con Vladimir Tachenko. Marcó un antes y un después en el deporte, y su apellido sobrepasó muros del deporte para convertirse en una palabra que debería estar aceptada en la RALE. Aún resuenan los ecos de cuando intentaba conducir su R12 por Málaga, embutido en sus 2,20 de humanidad. En la foto, junto a nuestro pequeño Corbalán.
Un gigante, como persona y ser humano.
From: David Sánchez Fernández
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