Un inesperado homenaje

Los actores, esclavos de las tendencias, deben mantener sus caras limpias y lisas como el culito de un niño para hacer valer su juventud, el valor de cambio más importante en Hollywood. Así, no abundan las películas basadas en personajes bigotudos: pocos jóvenes (o ninguno) podrían llevar hoy un bigote sin exponerse a caer en el mayor de los ridículos (hasta Sacha Baron Cohen, presunto defensor del mostacho, lo utiliza como herramienta de autohumillación cuando se disfraza de Borat). Por eso, y salvo que tengamos a actores de generaciones pasadas que incluyen su vello facial como 'marca de la casa' (Sam Elliott es el ejemplo obvio), si alguien se deja crecer un bigote en la cara será, por supuesto, 'por exigencias del guión'.
Siendo así las cosas, cuando alguien que aún no ha entrado en la mediana edad le hace un sentido homenaje al bigotón, no queda más remedio que quitarnos el sombrero [y por cierto... hoy en día, ¿quién se atreve también a llevar sombrero?]. Quién iba a decir que íbamos a encontrar un improbable defensor del bigotón en nada menos que... Ben Affleck.


Y es que cuando ves la primera película dirigida por Ben Affleck, 'Adios pequeña adios', la imagen más poderosa de todo el largometraje, y dios me perdone por decirlo, es el mostacho 'handlebar' de Titus Welliver. Es uno de esos bigotes memorables y opulentos, casi pornográficos (como demuestra la dificultad de encontrar una buena foto en Google para ilustrar este texto) que permanecen en la memoria mucho tiempo después de que el resto de los sórdidos detalles de la película se hayan esfumado.

Welliver es un veterano de 'Deadwood', la meca televisiva del bigote, así que no cabe duda de que la elección no ha sido casual. Ben Affleck nos ha regalado el mejor bigote del año en una película de Hollywood, así que deberemos estarle agradecidos.

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Autor: Danda